Una persona durante su vida
tiende a forjarse un carácter, un conjunto de actitudes y pensamientos que lo
definen como persona, como ser humano individual y único.
Todos sin embargo alguna
vez, hemos pasado por una relación en la que antes de mirar por nosotros mismos
mirábamos por nuestra pareja, porque consideramos que el amor, el autentico
amor, es entrega, es sacrificio, pero con la idea en mente de aquella
maravillosa cancion de Elton John, "Sacrifice" que decía "But is
not sacrifice at all" (pero no es sacrificio en absoluto), porque nos
engañamos con que viendo feliz a esa persona ya somos felices nosotros.
Pero con el tiempo vas
comprendiendo que por mucho que te duela tú eres tú, y si tú no eres feliz no
puedes hacer feliz a nadie. ¿Y como se consigue entonces ser feliz entregando
tu vida a otra persona? Encontrando a una persona que no te pida tu vida para
ella, sino que la comparta contigo, una persona que entienda que tienes
aficiones, inquietudes, amigos, costumbres, familia... Una persona que respete
todo eso en ti, y que te apoye.
Que si quieres un día ir a
coger olas con unos amigos, que no lo vea mal, que si quieres ir a jugar un
partido, que lo entienda, que si quieres visitar a tu abuela, que vaya contigo
con buena cara, pero evidentemente que tu también lo hagas con ella, que tu también
sientas esa compenetración con ella. Que vivas con ella.
Una vez encuentres eso te darás
cuenta de que no hay mejor compañía, y adoraras su presencia cada instante de
tu vida.
¡ESO ES ESTAR ENAMORADA!
La base para una verdadera relación de pareja y para una comunicación real es que las dos personas sean plenamente tales, se reconozcan, estén la una frente a la otra de pie, a igual altura y que la una no esté subordinada, o dependiente, o inferior a la otra. El camino es largo para ser verdaderamente uno mismo y para conocer al otro.
ResponderEliminarHay que acercarse a ese otro consciente de que no es un objeto, sino una persona, un misterio, un valor infinito.