Si
tuviera un momento para poder hablar, se de sobra todo lo que diría.
Si
tuviera un momento para cambiar algunas cosas, seguro que no cambiaría la
mayoría de las vividas hasta ahora.
Nunca
me arrepiento de lo que digo ni lo que hago. Siempre se actúa de una manera por
alguna razón, todos sabemos que lo que hacemos, en el momento y lugar que sea,
es porque nos apetece... ¿o acaso no somos seres humanos y podemos optar a
elegir en algunas situaciones lo que queremos o no hacer?
Nunca
escribiré sobre palabras ya escritas. Nunca borraré recuerdos, porque todos
pertenecen a quien soy y me hacen como soy, y a pesar de todo... Es lo que me
hace especial y distinta al resto de personas, como ocurre con cada uno de
nosotros.
¿Errores?
A montones. Los cometo a diario, y no por ello soy peor persona, pero errar es
de sabios, y de muchos de ellos aprendo día a día para luego no volver a
cometerlos.
No me
gusta juzgar ni que me juzguen.
No me
gusta que nieguen el derecho a replica.
No me
gusta que me engañen.
No me
gusta que me diga alguien que me quiere... Si luego no es verdad.
El
orgullo, los prejuicios y la falta de honestidad no son buenos consejeros.
Si
tuviera la forma de utilizar mi verdad sin haber dañado a muchas personas por
ello, lo haría, con los ojos cerrados y sin pensarlo dos veces, pero las
verdades duelen a veces y mucho. Pero es cierto también, que la persona que te
ha hecho caer con la verdad, puede que al final sea la que te tienda su mano y
cure tus heridas.
No
quiero a nadie que me venda un mundo perfecto y una realidad incoherente, ni
príncipes con caballos, ni sapos disfrazados. No quiero que nadie me cuente
historias falsas escritas sobre el amor o lo que sea, y que me ilumine con
sueños manoseados.
¡No! No
quiero volver a creerme cuentos infantiles que vengan de nadie porque ya no
creo ni en caperucita, ni en el lobo, ni en los tres cerditos, hay que mirar lo
que se tiene delante, hay que saber valorar lo que la gente te aporta, y lo que
hacen por ti. Y a veces, hay que ser un poquito humilde y comprender que las
cosas nunca serán como una quiera que sea y que nadie va a bailar al son que tú
le cantes.
Hay que
dejar que la vida te sorprenda, hay que dejar que las personas actúen a su
tiempo, porque a veces, muy de vez en cuando la gente puede darte una grata
sorpresa… Sí, de vez en cuando la gente te deja sin respiración.
“EL
SABIO NO DICE TODO LO QUE PIENSA,
PERO
SIEMPRE PIENSA LO QUE DICE”
Aristóteles,
Filósofo Griego
Nadie tiene el derecho de dañar a otra persona con violencia física o psíquica. No sólo se mata quitando la vida a otros, sino también cuando se discrimina, se difama,se excluye, se matan los sueños y las esperanzas.
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