A las mujeres nos suelen acusar de hacernos las víctimas
por todo, pero es innegable que hay muchos hombres especialistas en hacerse las
víctimas y no asumir responsabilidades. No permitas que sus berrinches tengan premio. No cedas
ante los chantajes emocionales y establece límites a sus manipulaciones.
Eres mujer, eres todo sentimiento… ¡pero que no te los
manipulen para salirse con la suya!
Muchas veces hemos sido víctimas de maltrato, abuso de
confianza, mentiras, y manipulaciones.
Toda vez que nos hemos quejado, lamentado o reprochado frente a nuestro hombre, él ha sabido terminar o esquivar la discusión o el momento diciéndonos “que dejemos de victimizarnos”, “que ya no seamos víctimas” o lo peor aún nos han “etiquetado como víctimas frente a nuestros amigos o familiares.”
Toda vez que nos hemos quejado, lamentado o reprochado frente a nuestro hombre, él ha sabido terminar o esquivar la discusión o el momento diciéndonos “que dejemos de victimizarnos”, “que ya no seamos víctimas” o lo peor aún nos han “etiquetado como víctimas frente a nuestros amigos o familiares.”
Sin embargo, en otras ocasiones, ellos suelen disfrazarse
de víctimas para manipular nuestras acciones o sentimientos.
Y cuando los hombres se colocan en esa postura; no hay
quien los soporte. Su exquisita fuerza para llamar nuestra atención llega a ser
desquiciante, aunque muchas veces cedemos.
lo hacemos para no generar conflictos, lo hacemos para no escucharlos
más.
Pero más allá de nuestra fuerza de voluntad, la relación
se torna tóxica, vacía, dependiente y nos adentra en un círculo vicioso:
Él se
queja, llora, se enoja, se siente incomprendido; ella lo escucha, trata de
mantener la calma, de saciar sus necesidades, pero él se sigue quejando; no hay
solución al conflicto. ¿Qué quiere este hombre?
A veces los hombres no quieren soluciones, o mejor dicho,
buscan soluciones mágicas, la píldora que le de por cumplido sus deseos más
infantiles. Y para ello requieren de nosotras todo aquello que nosotras no
deseamos colaborar.
Cuando un hombre está en su papel de víctima, nos dice
con su disposición corporal y verbal que todo lo que le pasa de terrible en su
mundo es consecuencia del exterior. Y nosotras, ¿dónde estamos? Sí, en el
exterior. Busca fuera de si las causas de sus males; por lo tanto no está
abierto a la autocrítica, a esta imperiosa herramienta para reflexionar sobre
su actitud y acciones y por ende cambiar el rumbo.
“EL HOMBRE INTELIGENTE NO
ES EL QUE TIENE MUCHAS IDEAS,
SINO EL QUE SABE SACAR PROVECHO DE LAS POCAS
QUE TIENE”
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