El
núcleo del amor es la fuerza, el valor que mostramos para luchar por lo que
amamos, la fortaleza para defender lo que más apreciamos, enfrentar desafíos,
superar barreras, derribar obstáculos.
Cuando
el amor es auténtico surge con la fuerza de la audacia, el atrevimiento, la
osadía que nos lanza a correr riesgos para conquistar lo que amamos; es en esa
entrega sin condiciones donde surgen fortalezas donde antes no las había.
El amor
nos da el valor de:
- Luchar por nuestros sueños.
- Dar la vida por los que llevamos en el
corazón.
- Modificar nuestra propia existencia.
- Cambiar nuestro ser.
- Rebasar el límite de nuestras
potencialidades.
El amor
nos da la fuerza:
- Para respetar a los seres que amamos.
- Para sonreír a pesar de las adversidades.
- De la humildad para pedir perdón.
- La grandeza de la comprensión.
- La nobleza de perdonar.
El amor
nos da el poder:
- Para manifestar nuestras emociones.
- Para alcanzar estrellas.
- Para convertir nuestros sueños en
realidades.
- Entregar nuestra vida por un ideal.
El amor
nos transforma en seres superiores, nos despierta nuestra capacidad de asombro,
nos da la sensibilidad de la contemplación, nos impulsa a niveles infinitos,
nos da la fuerza para recorrer nuestra vida con un espíritu invencible y nos
impulsa a alcanzar lo imposible.
El amor
es la fuerza que Dios deposita en el corazón de todos los seres humanos, a cada
uno corresponde decidir vivir como un paladín o un cobarde, como un
conquistador o un conformista, como un ser excelente o un mediocre, como un ser
lleno de luz o quien permanece por siempre en la oscuridad, el amor hace nacer
la fuerza para atrevernos a ser auténticos colaboradores en la grandeza de la
creación.
Pregúntate:
Si de verdad amas, ¿estás luchando con todas tus fuerzas para conquistar lo que
deseas?
- El valor para luchar por tus hijos.
- Cuidar de tus padres.
- Hacer feliz a tu pareja.
- Conceder el perdón a tu enemigo.
- Pedir humildemente perdón a quien ofendiste.
Pregúntate:
¿Tienes
la fuerza para amarte a ti mismo, de convertirte en el ser que estás llamado a
ser?
¿Te
atreverías a hacer de tu vida una obra magistral digna de las manos que te
crearon?
¿Tendrás el valor de ser un auténtico hijo de
Dios?
¿Tienes la fuerza del amor?
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