Por mucho que te enamore la mirada de un buen hombre, si resulta
que él tiene mujer, déjale, vete y huye, no mereces el desprecio de ser amada
en ratos libres, cuando no sea visto y cuando a él le venga bien.
Una mujer que se sabe valorar sabrá hacerse valorar. Tú eres valiosa,
una mujer, un premio y no un mero entretenimiento.
Muchas veces nos ha pasado que conocemos a una persona y en cuanto la
vemos pensamos que estamos destinados
a estar juntos, un simple coqueteo, una mirada y una sonrisa, puede
bastarnos para imaginar que será el mejor romance de nuestra vida.
Todo de esa persona te gusta, hasta que descubres que tiene novia.
Tu mundo se cae, y con aquella promesa de que las cosas entre los dos no
van bien, piensas que tal vez podrás llenar el lugar que aquella persona no lo
puede llenar.
Pero como mujeres hay algo de lo que jamás debemos olvidarnos: no fallarnos a nosotras, porque
como mujeres y personas debemos exigir respeto de la misma manera que nosotros
lo damos.
Si una persona no te valora de la manera que tú lo haces, date la vuelta
y encuentra a otra que sí la haga. Esta
frase puede sonar repetida pero es
verdad, afuera hay alguien que te está esperando, quien puede hacerte feliz,
quien te complemente, quien de verdad te necesite.
Un verdadero hombre respeta a una mujer, no la trata como plato de
segunda mesa. Para él, ella es la única y la indicada. El amor se
complementa.
Primero confía en Dios y aprende a guardar tu corazón, porque depende de
Dios quien en verdad necesita estar en tu futuro, no lo que tú deseas. Él nos tiene preparadas muchas bendiciones
junto a un buen hombre, a uno verdadero. Y sabrás que es el correcto porque tu
corazón lo dirá.
“NO DEJES AL DESTINO TU FUTURO,
DEBES FORJAR TU PROPIO DESTINO”
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