martes, 31 de julio de 2012

COMO SER UNA MUJER DISCIPLINADA


Podemos ser mujeres disciplinadas, cuesta lograrlo pero podemos serlo.
La disciplina es buena, nos ayuda a alcanzar nuestros sueños, nos motiva y nos hace crecer como mujeres valiosas.
Podemos ser más  que mujeres de buenas intenciones: podemos ser mujeres que logran todo aquello que se proponen.
Podemos lograr todo lo que queremos.
Pero si hoy empezamos y mañana simplemente bajamos los brazos porque sí, no lograremos nada. Si soñamos algo, hemos de buscar obtenerlo con el alma y con el corazón, porque querer a medias no sirve, necesitamos una inmensa dosis de disciplina y esfuerzo para triunfar.

La disciplina, muchas veces ha sido mal tratada e incluso pre juzgada, pero… ¿qué sería del mundo sin ella? ¿Sabes lo que en realidad significa la disciplina? Ser disciplinadas involucra llevar un orden y una constancia en lo que hacemos: haz de cuenta que llevas un código de conducta que cumples siempre. Es tan simple como deducir que así nos propongamos aprender a conducir, no lo lograremos si agarramos el volante cada tres mil siglos.
Necesitamos práctica, no “buenas intenciones”.
Beethoven, afirmaba que “el genio se compone del dos por ciento de talento y del noventa y ocho por ciento de perseverante aplicación”. Como podrás notar, si te cruzas de brazos y sigues haciendo lo mismo, no hallarás el camino acertado al éxito… Es mejor entonces que le armes un rincón en tu corazón al camino largo y gratificante: la disciplina. Ella, es acompañada por cuatro pasos básicos para alcanzarle: inspiración, decisión, esfuerzo y motivación.
¡Apasiónate por algo!
Necesitamos inspirarnos para tener una ilusión en el alma, un sueño que queramos construir cada día, algo que en realidad nos apasione, ¿ya sabes qué es lo que ilumina tu vida? Si no lo sabes, puedes ir pensándolo, reflexionándolo y sembrándolo en tu mente. Si ya lo sabes, ¿por qué no te has decidido a ir por ello? Debes reconocer la importancia de lo que anhelas, porque cuando tomes conciencia de ello, ya estarás preparada para dar un nuevo paso: decidirte.
Decidirnos es amar nuestros sueños. No vale amar con poca intensidad: si amas muy poco, poco lucharás; si amas mucho, mucho lucharás. Decidirnos es quitarnos tantos estorbos que solemos cargar y dirigirnos a nuestras metas. Cuando vas en busca del sol, no te importa si tropiezas un par de veces con las nubes… ¡Nos decidimos y definimos cómo luchar! ¡Nada se interpone!
Todo llega con esfuerzo, cada instante hay una batalla y si te olvidas de tus anhelos al primer problemilla, entonces no mereces alcanzarlos. Esfuérzate siempre, ningún triunfo es tan gratificante como aquel que conseguimos en base al sacrificio y la entrega total.
Por último… ¡Motívate! ¿Qué significa eso? Que siempre dirás: “yo puedo, soy capaz, soy guerrera, yo lucho, me levanto, yo camino, yo me esfuerzo, yo… ¡Soy disciplinada!” Esto es algo que debes hacer continuamente para que tu ánimo se mantenga arriba y puedas escalar hasta lo más alto.
Para ser disciplinadas necesitamos de disciplina, ¿paradójico no? Pero una vez logramos encontrar ese “noventa y ocho por ciento de perseverante aplicación”, no hay nada que se escape de nuestras manos.

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