Dialogar requiere de escucha, buen trato y sinceridad.
Es algo que debemos practicar a diario en nuestras vidas para que sea un
hábito que nos consolide como mujeres sensatas.
Seamos mujeres que saben dialogar, eso habla bien de nosotras.
El diálogo es muy importante en nuestras vidas, si dialogásemos más
a menudo tendríamos una vida diferente, una vida que le haga gala a las
valiosas mujeres que somos desde la escucha, la comprensión y el entendimiento.
La escucha es el primer paso para dialogar: cuando nos preocupamos por
conocer el punto de vista de los demás no sólo les damos la posibilidad de
expresarse, sino también aprendemos a conocerles mejor. Tal vez si te preguntase por tus
hábitos de escucha me dirías que se encuentran muy bien, pero recuerda que
escuchar no es como cepillarse los dientes o ducharse: este es un hábito que
necesita de un esfuerzo consciente mayor día tras día.
Si escuchamos, ya hemos dado un enorme paso al diálogo.
El diálogo comienza por la escucha y se afianza en el
buen trato. Diferir es algo muy común: todos somos seres humanos únicos
que ya poseen una personalidad definida. Pero esto no es excusa para no saber
arreglar las diferencias que en un momento dado nos pueden llegar a alejar
de quienes nos rodean, debemos vivir en comunidad.
Dialogar es crear un ambiente de comunicación y
confianza, ¿no te gustaría eso para ti? Tal vez hayan muchas situaciones
que nos saquen de nuestras casillas, pero tomar la alternativa sencilla al
discutir no es lo mejor. Lo mejor entonces es que aprendamos a usar nuestros
oídos y nuestra boca de una manera adecuada, para en lugar de hacernos las
sordas y lanzar dardos envenenados, nos pongamos en los zapatos de los demás y
conciliemos.
Yo cedo, tú cedes, ambos con sinceridad.
Si tú escuchas, das un buen trato y dialogas, lo más probable es que desarmes a un corazón enfurecido. El diálogo requiere de dos voluntades, ¡qué bueno sería dar ejemplo! Si nosotras cedemos, si le demostramos a los demás que buscamos comprenderles… ¡Hemos ganado! Pues nuestra sinceridad habrá logrado sembrar la semilla de la conciliación y la sinceridad ante una contrariedad.
Si tú escuchas, das un buen trato y dialogas, lo más probable es que desarmes a un corazón enfurecido. El diálogo requiere de dos voluntades, ¡qué bueno sería dar ejemplo! Si nosotras cedemos, si le demostramos a los demás que buscamos comprenderles… ¡Hemos ganado! Pues nuestra sinceridad habrá logrado sembrar la semilla de la conciliación y la sinceridad ante una contrariedad.
Como lo puedes ver, dialogar es un hábito que requiere de la práctica
diaria, ¿ya has intentado mejorar tu técnica?
Autor: Lluvia http://www.todamujeresbella.com
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