En el basto mundo de las debilidades humanas, surge la mujer sublime,
tierna, afable y amorosa, como un prospecto de quebrantos, lágrimas, penas y
sufrimientos porque no la toman en cuenta, porque la limitan, porque la
condenan a mil exigencias, porque la
utilizan, la humillan, la manipulan, la aprovechan, la maltratan,
la sacrifican y la crucifican sin ninguna piedad. ¡Y vaya, cuántas generaciones
de mujeres vienen recibiendo la misma herencia milenaria!
Mujer que en los ayeres de la aurora no tenía ni voz ni voto para nada, dueña de todo y dueña de
nada, la “María” consagrada a su hogar, a sus hijos y a su “amo”, el señor
de la casa. Mujer impuesta y sometida por el machismo cultural y
ancestral, que si bien es cierto, por su belleza angelical y por su caudal de virtudes,
el hombre la prefería, la buscaba, la
enamoraba para poseerla, tenerla y retenerla a su lado como un
objeto de su propiedad para que lo atendiera en todas sus solicitudes, le
pariera a sus hijos, le cuidara su casa y le sirviera (sin protestar), como un
“aval” a su exagerado poderío de macho, que sin hembra valía lo que vale un
cacahuate pelado.
Pero lo más triste de todo esto, es que en pleno Siglo XXI, aún siguen
habiendo miles de “Marías” enclaustradas y sometidas en sus hogares de todo el
mundo. Y hay países tan densamente poblados, que ni por eso les alcanza todavía
la conciencia, el civismo, las buenas maneras, la consideración y los derechos
humanos para la pobre mujer que por su cultura, tiene que seguir aguantando
tantas boludeces y patanerías del hombre que no entiende que ya no estamos en
los tiempos de la inquisición que de santa no tenía nada, y que a toda mujer,
por el simple hecho de ser mujer, ya se le consideraba “bruja”… ¡Qué estupidez
más grande!
Mujeres de cristal que han poblado la faz de
la tierra por doquier, y que a pesar de que han parido a grandes hombres
caudillos, colosos y guerreros, aún no se han atrevido a utilizar sus propias
armas y herramientas más sublimes para hacerse valer, para hacerse respetar,
para hacerse escuchar, para darse su lugar que les corresponde dentro de la
sociedad, como las Reinas más hermosas y puras de la misma naturaleza humana.
¿Cuántos dones tiene la mujer para reclamar su imperio?, y ¿Qué ha hecho el
hombre para retirarle tales derechos y atributos? ¿Será que sigue pensando que
él se lo merece todo, y que la mujer callada debe seguirlo a donde vaya?
Mujeres frágiles, endebles, quebradizas,
débiles, sutiles y tenues bañadas en lágrimas que aún piensan y esperan
ilusamente encontrar las soluciones en su llanto, porque no conocen otra forma ni estilos
de vivir, porque nadie les ha enseñado que vivimos tiempos de equidad, tiempos
de lucha por la supervivencia y rescate de los valores más elevados del ser
humano, que hombre y mujer valen por igual ante la sociedad y ante los ojos de
Dios, le pese a quien le pese y pase lo que pase.
Amigas queridas; ya es hora de que salgamos a recibir la luz que
nos pertenece por derecho propio a través del conocimiento y la evolución
femenina, ya es tiempo de que guardemos el mandil y salgamos a los campos de
batalla en las actividades diversas por la superación personal y la de los
nuestros. La mujer no puede ayudar bien a los suyos si no se ayuda ella a
sí misma primero. La mujer de hoy debe estar preparada en todos los
sentidos y debe estar bien, si es capaz de ayudar a otros. Al menos
reconocerlo, aceptarlo y afrontarlo con valor ya sería un gran paso. ¿Qué puede perder el hombre si su propia
mujer se supera para ayudarlo aún más? E igual, si no fuera posible entenderlo
así, el hombre mismo seguiría recibiendo los beneficios que le gusten a él o no…
¡La mujer seguiría llevando a casa!
http://www.todamujeresbella.com/
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