La emoción del enamoramiento, la boda, la alegre recepción, las fotos,
el pastel y los detalles románticos contrastan con las amarguras,
humillaciones, lágrimas, menosprecios y tragedias que después llegan a soportar
muchas mujeres en manos de su pareja.
Y una vez casada, lo que menos quieres es dar la relación por fracasada
y disolverla, pues una no se casa para eso. Pero mucho menos para ser
maltratada: nunca aceptes el
maltrato, siempre di no a quien te lastima.
En la mayor parte de los casos los agresores son las propias
parejas de las victimas, siendo el detonante el reclamo de pensión
alimenticia, o la negativa de la mujer de volver a vivir con la pareja. La
etapa de mayor peligro para la mujer es la de los primeros meses de la
separación, periodo durante el hombre trata de convencer a su pareja que ha
hecho cambios.
Las consecuencias del maltrato tienen graves consecuencias
sobre los hijos, incluso cuando la mujer intenta protegerlos o esconderlo de
ellos. Los hijos de familias en las que se han experimentado maltratos enfrentan temor, ansiedad, culpa y enojo que
más tarde prolongan el ciclo siniestro.
El problema del maltrato empieza cuando uno de
los dos sufre de baja autoestima; empieza a gritar con
mas frecuencia, llegando a los tirones y empujones que poco a poco van
escalando a golpes físicos y a vocabulario soez con presiones y amenazas. El
agresor comúnmente finge arrepentimientos para lograr la reconciliación, con la
que después puede continuar con el mismo patrón de tortura, abusos y maltratos.
Cuanto más tiempo se pasa con el agresor, mayor es la posibilidad de maltrato. El agresor intenta solucionar con
violencia aquello que siente que se le escapa de las manos. Pero no sólo el
hombre puede ser el victimario, porque se han dado casos de mujeres que son físicamente
agresivas, especialmente después de descubrir un engaño por parte del esposo.
Cuando un a mujer se casa, no es para
fracasar, ser abusada, o en el peor de los casos, llegar a ser asesinada por su
propio esposo. Tampoco
se casa con la idea de separarse al poco tiempo. Pero aun así, aunque no fuese
lo deseado, ¿acaso por ello debe quedarse en una relación en el que está siendo
abusada y maltratada? ¿Acaso no sería mejor salir con los hijos, y buscar una
mejor vida lejos del maltratador?
Aun hoy son muchas las mujeres maltratadas, abusadas y que
desafortunadamente también llegan a ser asesinadas con crueldad inimaginable;
todo ello a manos de quien juró amarlas, cuidarlas, protegerlas y resguardar su
bienestar físico y emocional.
Alcemos nuestra voz, no dejemos pasar desapercibidos los abusos en la
mujer, apoyemos a la mujer reprimida, ayudémosla a salir de esa situación
agonizante que les mima sus derechos, su voluntad y hasta su propia vida.
http://www.todamujeresbella.com/
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