lunes, 26 de marzo de 2012

¿PORQUÉ SUFRIMOS A VECES?

Todo pasa en su momento, de una u otra manera. Dios resuelve toda situación tanto la tuya como la mía, aun cuando la solución no sea la que tu y yo queremos o en el momento en el que la queremos. Dios sabe cosas que tú y yo no sabemos y sea cual sea la decisión que Él tome va a ser la mejor siempre. Quizás el Señor no nos evitará el sufrimiento, ni la perdida, ni el llanto y aunque no entendemos el porqué de muchas cosas que El Señor permite, Dios es bueno, es fiel, y poderoso para liberarte de cualquier mal, por lo que no se trata de lo que Él puede o no puede hacer, pues para Él todo es posible.

Estoy plenamente convencida de que Él responderá en su tiempo de la mejor manera a nuestras peticiones. El amor de Dios es algo inmenso e incomprensible. Si Dios nos librara milagrosamente de cada batalla sin dolor o sufrimiento y nos evitara todos nuestros problemas y tentaciones; no habría aprendizaje, ni crecimiento espiritual, ni recompensa.


Dios ayuda al que le pide ayuda, corrige al hijo que ama, reprende sus malas acciones, pule sus imperfecciones, trata con sus sentimientos y le fortalece en la batalla y todo esto basado en nuestra decisión de permitirle habitar en nuestro corazón y trabajar en nuestra vida. Dios no se impone en nadie, ni siquiera obliga a las personas a creer en Él, es una decisión nuestra dejarle trabajar en nuestra vida, y al nosotros permitir que Él venga y actúe en nuestras vidas debemos dejarle hacer su trabajo, aceptando que lo que sea que Él decida para mejorar nuestra vida será lo mejor y será para bien pues:

Algo que a muchos no les gusta escuchar es que a Dios si bien es cierto le interesan tus necesidades primeramente le interesa tu alma antes que cualquier cosa material que tu necesites, a Él le interesa que tú no te pierdas ni vayas al infierno. El problema radica en que muchas veces en nuestras aflicciones oramos y pedimos mal, pedimos por dinero para pagar deudas, por sanidad de un ser querido o propia, por prosperidad en nuestros negocios lo cual no esta mal pues son cosas por las que se debe pedir pero muchas veces antes que estas cosas esta nuestra alma que necesita ser tratada primero y rara vez venimos ante Dios con un corazón arrepentido y necesitado de Él, el cual necesita ser cambiado antes de ser prosperados en lo material y Dios es un Dios de orden y va por partes.

Es por eso que debemos analizar cual es nuestra condición y también pedir en oración dirección y respuestas sobre lo que Dios nos está enseñando de esa situación difícil pues siempre hay un propósito, con Dios no existe el azar, ni buena o mala suerte.

Recuerde siempre que Dios nos pule y nos educa, nos instruye y nos prepara para nuestro encuentro con Él.

¿Cómo estas tu HOY con Él? Si aun no has entablado una relación con el Señor te insto a que lo hagas hoy.

“EL SEÑOR, ÉL ES NUESTRO DIOS;
SUS JUICIOS ESTÁN EN TODA LA TIERRA,
EL HACE MEMORIA DE SU PACTO PERPETUAMENTE,
Y DE LA PALABRA QUE ÉL MANDÓ PARA MIL GENERACIONES”
 (1 CRÓNICAS 16:14-15)

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