Permitirnos
recibir amor es uno de lo más grandes retos que enfrentamos en la recuperación.
Muchos
de nosotros nos hemos bloqueado de recibir amor. Podemos haber vivido con gente
que usaba el amor para controlarnos. Estarían con nosotros, pero a un alto
precio para nuestra libertad. El amor se nos daba, o se nos retiraba, para
controlarnos y tener poder sobre nosotros. Nosotros no nos sentíamos seguros
recibiendo amor de
estas personas. Podremos habernos acostumbrado a no recibir amor, a no reconocer nuestra necesidad de amor, porque vivimos con gente que no tenía verdadero amor para dar.
estas personas. Podremos habernos acostumbrado a no recibir amor, a no reconocer nuestra necesidad de amor, porque vivimos con gente que no tenía verdadero amor para dar.
En
algún punto en la recuperación reconocemos que nosotros, también, queremos y
necesitamos ser amados. Podemos sentir embarazosa esta necesidad. ¿A dónde
vamos con ella? ¿Qué podemos hacer? ¿Quién nos puede dar amor? ¿Cómo podemos
determinar de quién fiarnos y de quién no? ¿Cómo podemos dejar que los otros se
preocupen por nosotros sin sentirnos atrapados, abusados, asustados e incapaces
de preocuparnos de nosotros mismos?
Aprenderemos.
El punto de inicio es el sometimiento, a nuestro deseo de ser amados, a nuestra
necesidad de que nos mimen y nos amen. Tendremos cada vez mas confianza en
nuestra capacidad para cuidar de nosotros mismos con la gente. Nos sentiremos
suficientemente seguros para dejar que la gente se preocupe por nosotros;
tendremos cada vez mas confianza en nuestra capacidad para escoger a la gente
que es segura y que nos puede dar amor.
Quizá
al principio necesitemos enojarnos, enojarnos porque no nos estan satisfaciendo
nuestras necesidades. Después, podemos sentir gratitud por esas personas que nos
están enseñando lo que queremos, por aquellas que nos han asistido en el
proceso de creer que merecemos ser amados y aquellas que han entrado a nuestra
vida para amarnos.
Nos
estamos abriendo como las flores. A veces duele que los pétalos se abran. Alegrate.
Nuestro corazón se esta abriendo al amor que esta ahí y que seguirá estando ahí
para nosotros.
Sométete
al amor que está ahí para nosotros, al amor que la gente, el universo y nuestro
Poder Superior nos manda.
Sométete
al amor sin permitir que la gente nos controle o nos impida cuidar de nosotros
mismos. Empieza por someterte al amor a ti mismo.
"Hoy
me abriré al amor que está ahí para mí. Me permitiré a mi mismo recibir el amor
seguro, sabiendo que puedo cuidar de mí mismo con la gente. Estaré agradecido
con toda la gente de mi pasado que me ha asistido en el proceso de abrirme al
amor. Reclamo, acepto y doy gracias por el amor que me está llegando".
(Melody
Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).
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