En una mano
abierta se encuentra mucha Paz. En una mano cerrada hay mucha violencia,
nada para recibir y nada para dar de sí
mismo. Cuando abres tu corazón,
el universo también se abre a ti
y siempre podrás conseguir la plenitud en tu
vivir.
En una mano
abierta hay espacio para una y muchas manos para estrechar
y en una mano cerrada, nadie a quien estrechar.
¡Abre tu mente! despeja tus dudas y cada día sabrá más, no por que acumules o leas explicaciones
de libros y bibliotecas
sino porque eres más espontáneo, sincero y real.
Conocerás la vocación de servir y conocerás que el existir es siempre más y más.
“NUNCA
VACILES EN TENDER LA MANO,
NUNCA
TITUBEES EN ACEPTAR LA
MANO
QUE OTRO TE TIENDE”
JUAN
XXIII
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