A veces sucede que puedes llegar a enamorarte de alguien que ya está en una
relación sentimental, tal vez incluso de matrimonio. Cuando sucede esto sientes
que las cosas no sucedieron como debían haber sucedido, pero al menos sabes que
en realidad es contigo con quien desea estar, que eres tú quien le gusta y le
hace reír… Sientes incluso que te ama, tal vez con un amor tan grande que es
fácil olvidar su situación actual… Pero yo te pregunto, ¿de verdad crees que se puede basar la
felicidad en base de destruir un hogar ya formado?
Seguramente pienses que él está hecho para ti, como tú para él, y que si logras salir
ganando, llevándotelo para ti misma, serás feliz junto a él, porque “así es
como debiera ser”. Pero he de prevenirte que el día de mañana puedes ser otra
mujer la que se sienta de igual manera en cuanto al hombre que amas y has
decidido guardar para ti a expensas de otra. Una vez que ha sido débil
manteniendo la relación que tenía, permitiéndose
apasionar de amor por ti, ¿qué te hace pensar que de repente será más fuerte y
nadie más podría hacer lo mismo con él? Puede que con el tiempo te arrepientas
de tus actos, porque si no respetas las relaciones de los demás no podrás
llegar muy lejos; él al enamorarse de ti también demostró ser débil. Con el tiempo podrás arrepentirte
por haberte dejado llevar cegada por la ilusión del momento.
Muchas veces debemos perder para ganar, perder incluso al hombre que tanto se
ama. Es mucho mejor llorar ahora
que después, cuando haya pasado el tiempo para ti, cuando sientas que toda esta
relación no hizo más que hacerte perder unos buenos años de tu vida…
Por
eso es mejor perder para poder ganar y volver a sonreír a la vida con un amor
sólo de a dos, donde tú eres la única protagonista junto a tu amado.
Cuando
mires hacia atrás verás que ha sido la mejor decisión de tu vida…
¿Perder para ganar? Por supuesto, hay que correr ese riesgo.
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