“Lo siento mucho si te he dado esa
impresión, pero no, tú no eres mi felicidad.
Por ese motivo puedo
hablar con libertad… porque me niego a ser una mujer que depende de ti.”
Nuestra felicidad tiene que
partir de nosotras mismas, no de lo que los demás nos den.
No puedo poner mi vida y
todas mis emociones sobre una persona. No
quiero ser dueña de nadie, como tampoco que alguien se adueñe de mí. ¡Eso
no está en mis planes de vida! No quiero vivir un amor forzado, quiero
que se me ame libremente. Si dejo mi vida en manos de alguien, empezaré a dejar
de lado mi bienestar emocional, y por consiguiente no podré realizar mis
sueños.
Exijo
que todo lo que quiero ser sólo dependa
de mí, no de otras personas.
De lo contrario, seré una mujer “dependiente” y no estoy de acuerdo con esa forma de
vida. ¡Quiero ser una mujer excelente! Quiero ser como un pintor que
traza sus pinceles a través de un lienzo en blanco, donde sólo yo pueda poner
las formas y los colores que deseo para mi vida... quiero
ser la obra perfecta hecha por mí misma.
No quiero pertenecer a
nadie, pues eso me robaría lo que sueño para mí. Quiero caminar al lado de
alguien, ¡claro que sí!… pero dándonos la suficiente libertad para que cada uno
sea la persona que es.
Mi compromiso es “ser una persona feliz”, porque la
libertad es un logro, un éxito que nos ganamos. Las mujeres de hoy somos
así, independientes. No queremos sufrir por algo o alguien que no lo
merece. Queremos vivir con plena libertad para hacer de nuestra vida esa obra
de arte que tenemos en la mente.
Recuerda, la felicidad y la
libertad son un compromiso sólo tuyo; no las puedes regalar ni prestar… te
pertenecen solamente a ti.
Yo como mujer me valoro
mucho, porque sé la clase de mujer que soy. Puedo escoger lo mejor para mi
vida. Es mi decisión. Espero a mi amor verdadero, sin apuros. Soy
libre. Nadie me dice cómo ser, porque si yo digo “sí” a todas las cosas
que me piden, dejaría de ser yo.
Por eso digo: “tú
no eres mi felicidad, como yo tampoco la tuya.”
La mejor relación nace de
la libertad.
No de depender el uno del otro, sino de tener la convicción que si
estamos juntos es porque así lo deseamos los dos. La más bella de las
relaciones es cuando una sabe que es respetada y valorada como mujer. Vivir una
relación libre, pero unida por el amor y el respeto, sin miedo a perdernos,
porque nos aceptamos tal y como somos.
© Autor: Shoshan.